Ella. La que me ha enseñado lo que es el significado de amistad. Con la que no solo rio, sino que también lloro, la que no me hace feliz con mentiras, sino con verdades. Que para mi su felicidad es más importante que la mía, como si realmente fueramos hermanas de sangre. Está en los momentos buenos para reír conmigo, en los malos para ayudarme siempre y demostrarme miles de veces lo gran persona que es, y en los peores está las 25 horas del día si las 24 no llegan para hacerme estar mejor o para quitarme una sonrisa.
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